Carácter citas y frases
(página 15)
La naturaleza me recarga.
Llegó la hermosa primavera; Y cuando la naturaleza vuelve a su hermosura, el alma humana es capaz de revivir también.
La abstracción es real, probablemente más real que la naturaleza.
La naturaleza... no es más que la voz interior del interés propio.
Feliz es el hombre cuyo deseo y cuidado son limitados por unas pocas hectáreas paternales, contenido para respirar su aire nativo en su propio terreno.
Lo que se llama conocimiento preciso de la naturaleza humana no es más que el reflejo que devuelven otras personas de las debilidades del observador.
Para ser felices, debemos ser fieles a la naturaleza y llevar nuestra edad con nosotros.
Un sentido del universo, un sentido del todo, la nostalgia que se apodera de nosotros cuando se enfrenta con la naturaleza, la belleza, la música. Esto parece ser una expectativa y la conciencia de una Gran Presencia.
El engaño es el juego de los espíritus mezquinos, y esa es por naturaleza una cualidad de la mujer.
La naturaleza favorece a aquellos organismos que dejan el ambiente en mejores condiciones para que sus crías puedan sobrevivir.
La ciencia se trata de desentrañar la naturaleza.
Es simplemente parte de la naturaleza humana intentar y resolver cosas. Así, que cuando estamos en medio de una situación, generalmente tratamos de razonar la manera de atravesarla.
La estupidez es algo inquebrantable, no hay nada que la ataque sin romperse contra ella; es de la naturaleza del granito, dura y resistente.
Si la gente piensa que la naturaleza es su amigo, entonces seguro que no necesitan un enemigo.
Puede ser un error, que el hombre, en su estado natural, esté más dispuesto a la crueldad que a la cortesía.
El mundo es barro-delicioso y charco maravilloso.
No existe mejor manera para aprender a amar a la Naturaleza, que entendiendo el arte. Dignifica cada flor del campo. Y el niño que ve la cosa de la belleza en la que un pájaro en el ala se convierte en cuanto se transfiere a madera o lona, probablemente no tirará la piedra de costumbre.
Es injusto culpar al hombre muy ferozmente por ser belicoso; él aprendió el hábito de la Naturaleza.
Soy muy gregario, pero me encanta estar en las colinas por mi cuenta.
Fue uno de esos perfectos días otoñales ingleses que ocurren con más frecuencia en la memoria que en la vida.