Citas de Georg C. Lichtenberg
Decimos que una persona ocupa una posición oficial, mientras que es la posición oficial la que le ocupa.
Con una pluma en mi mano he irrumpido con éxito en baluartes donde otros, armados con espada y excomuniones, han sido rechazados.
Existe una especie de ventriloquia trascendental mediante la cual los hombres pueden hacer creer que algo dicho en la tierra proviene del cielo.
Deleitarse en haber entendido que un sistema muy abstracto y oscuro lleva a mayoría de las personas a creer en la verdad de lo que demuestra.
Lo que se llama conocimiento preciso de la naturaleza humana no es más que el reflejo que devuelven otras personas de las debilidades del observador.
Los placeres de la imaginación son sólo como dibujos y modelos de las personas pobres que no pueden permitirse el lujo de lo real.
Volverse más sabio significa aprender a conocer mejor cada vez las fallas a las cuales este instrumento con el cual sentimos y juzgamos puede estar sujeto.
Los griegos poseían un conocimiento de la naturaleza humana que al parecer a penas podemos alcanzar sin pasar por la fortificante hibernación de una nueva barbarie.
Muchas cosas acerca de nuestros cuerpos no nos parecerían tan sucias y obscenas, si no tuviéramos la idea de la nobleza en nuestras mentes.
Si lo poco que tienes no es nada especial en sí mismo, por lo menos encuentra una manera de decirlo que sea un poco especial.
La noble sencillez en las obras de la naturaleza muy a menudo se origina en la miopía noble de quien la observa.
Acumulamos nuestras opiniones en una época en la cual nuestro entendimiento está en su punto más débil.
Estamos obligados a considerar a muchas de nuestras mentes originales como locos, por lo menos hasta que hayamos llegado a ser tan inteligentes como ellos.
El mono más perfecto no puede dibujar un mono; sólo el hombre puede hacer eso; pero, de igual manera, sólo el hombre considera la capacidad de hacer esto como un signo de superioridad.