Alegría citas y frases
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Felicidad es no estar adolorido en el cuerpo ni preocupado en la mente.
Para mí, el amor es felicidad e inspiración.
Sostenemos que estas verdades son evidentes en si mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su creador con ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Soy una persona espiritual que cree de alguna manera en la religión oriental. Aprendí que la felicidad para todos nosotros es un interruptor que enciendes en tu cerebro. No tiene nada que ver con conseguir una casa nueva, un carro nuevo, una nueva novia o un nuevo par de zapatos. Nuestra cultura es basicamente eso; nunca estamos felices con lo que tenemos hoy.
La triste verdad que la mayor felicidad del mayor número es la medida del bien y del mal.
En esta vida, tenemos que tomar muchas decisiones. Algunas son decisiones muy importantes. Algunas no son. Muchas de nuestras elecciones son entre el bien y el mal. Las decisiones que tomamos, sin embargo, determinan en gran parte nuestra felicidad o nuestra infelicidad, porque tenemos que vivir con las consecuencias de nuestras elecciones.
Hay sólo una manera de alcanzar la felicidad en esta bola terrestre, y que es tener una conciencia clara o no tener una para nada.
La Constitución da a las personas el derecho a perseguir la felicidad. Pero tienes que conseguirla tú mismo.
La base de toda felicidad es la salud.
Una manera segura de perder la felicidad, descubrí, es quererla a expensas de todo lo demás.
Muchas personas tienen una idea equivocada de lo que constituye la verdadera felicidad. No se alcanza a través de la autogratificación sino de la fidelidad a un propósito valioso.
Los políticos tampoco tienen ningún placer, porque ellos siempre están aspirando a algo más allá de la vida política en sí, poder y gloria o felicidad.
El dinero no puede comprarte la felicidad, pero puede comprar un yate lo suficientemente grande como para ponerse justo al lado de ella.
Creo que la gratitud lleva a la felicidad.
La familia y las amistades son dos de los mayores proporcionadores de felicidad.
En tiempos de alegría, todos deseamos tener una cola que pudiéramos mover.
Cada felicidad es un rehén de la fortuna.
La amistad mejora la felicidad y disminuye la miseria, por la duplicación de nuestra alegría y la división de nuestro dolor.
La felicidad se compone de infortunios evitados.
El hombre necesita, para su felicidad, no sólo el disfrute de esto o aquello, pero esperanza y empuje y cambio.