Citas de W. H. Auden
Cuando me encuentro en compañía de científicos, me siento como un cura andrajoso que se ha extraviado y se ha encontrado por error dentro de una sala llena de duques.
Cada poeta americano siente que toda la responsabilidad de la poesía contemporánea ha caído sobre sus hombros, que él es una aristocracia literaria de una sola persona.
Un poeta puede escribir acerca de un hombre matando a un dragón, pero no sobre un hombre que empuja un botón que lanza una bomba.
Los genios son los más afortunados entre los mortales porque lo que deben hacer es lo mismo que lo que más quieren hacer.
En un mundo de oración, todos somos iguales en el sentido de que cada uno de nosotros es una persona única, con una perspectiva única en el mundo, un miembro de una clase de uno.
Los rostros de los niños, como los de los animales, son máscaras, no caras, todavía no han desarrollado un perfil significativo propio.
Quizás hay sólo un pecado capital: la impaciencia. Debido a la impaciencia fuimos expulsados del paraíso, debido a la impaciencia no podemos volver.
Como todo lo que no es el resultado involuntario de la emoción fugaz sino la creación de el tiempo y la voluntad, cualquier matrimonio, feliz o infeliz, es infinitamente más interesante que cualquier romance, por más apasionado que sea.
Entre los que aprecio o admiro, no puedo encontrar ningún denominador común, pero entre aquellos a quienes amo, puedo: todos me hacen reír.
La distinciones de clase propias de una sociedad democrática no son las de rango o dinero, menos aún, como suele a suceder cuando estos son abandonados, de raza, sino de edad.