Esperanza citas y frases
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La soledad no es algo que uno debe desear para el futuro. Más bien, es una profundización del presente y a menos de que uno la busque en el presente nunca la encontrará.
La gran esperanza de la sociedad está en el carácter individual.
El miedo es una emoción muy explosiva, pero tiene una vida corta. Es la carrera. El maratón es la esperanza.
La virtud teológica de la esperanza es la voluntad paciente y confiable para vivir sin cierre, sin resolución y aún así estar conforme e incluso feliz porque nuestra Satisfacción está ahora en otro nivel, y nuestra Fuente está más allá de nosotros mismos.
El embarazo es algo que siempre amo. Se trata de la esperanza, el futuro y un nuevo bebé.
Las cosas comienzan como esperanzas y terminan como hábitos.
Los grandes poderes morales del alma son la fe, la esperanza y el amor.
Siempre hay esperanza, y siempre hay desesperación.
Esperemos que ahora te sientas mejor.
Una inclinación a la esperanza y la alegría es la verdadera riqueza; una, al miedo y tristeza, pobreza real.
Creo que lo más importante es mantenerse activo y esperar que tu mente se mantenga activa.
El mundo es malo, pero no sin esperanza. Sólo es sin esperanza cuando lo miras desde un punto de vista ideal.
La esperanza es el pilar que sostiene al mundo. La esperanza es el sueño de un hombre que despierta.
Nuestra esperanza en la vida más allá de la muerte es una esperanza se hace realidad, no por alguna creencia sentimental general sobre la vida después de la muerte, sino por nuestra participación en la vida de Cristo.
Cuando la esperanza no se sujeta movedizamente a una reluciente imagen o expectativa, a veces avanza flotando y se abre.
La razón por la que no pierdo nunca la esperanza es porque todo es básicamente sin esperanza.
La esperanza comienza en la oscuridad, la terca esperanza de que si simplemente te presentas y tratas de hacer lo correcto, el amanecer llegará. Esperas y ves y trabajas: no te rindes.
La escritura teológica se hace generalmente en ensayos o libros, pero espero mostrar que si nos concentramos en las oraciones, podremos aprender algo que de lo contrario podríamos perder.
Si es la nada lo que nos espera, deja que cometamos una injusticia con ella; deja que luchemos en contra del destino, aunque sea sin esperanza o victoria.
A nosotros, como al pueblo de Israel, nos gustaría pensar que le podemos poner nombre a Dios. Al ponerle nombre a Dios, esperamos obtener el tipo de Dios que necesitamos; es decir, un dios a nuestra imagen y semejanza.