Naturaleza citas y frases
(página 11)
La inteligencia humana puede no ser el mejor truco que la naturaleza tiene para ofrecer.
La delincuencia juvenil no nace naturalmente en el niño, sino que se debe en gran parte al espíritu de aventura que está en él, a su propia estupidez o a su falta de disciplina, según la naturaleza del individuo.
Lee la naturaleza; la naturaleza es un amigo de la verdad.
No podemos mandar sobre la naturaleza excepto obedeciéndola.
Conocer la naturaleza de uno mismo es sabiduría, pero no conocer la de nuestro vecino es una genialidad.
La naturaleza me recarga.
Llegó la hermosa primavera; Y cuando la naturaleza vuelve a su hermosura, el alma humana es capaz de revivir también.
La abstracción es real, probablemente más real que la naturaleza.
La naturaleza... no es más que la voz interior del interés propio.
Lo que se llama conocimiento preciso de la naturaleza humana no es más que el reflejo que devuelven otras personas de las debilidades del observador.
Para ser felices, debemos ser fieles a la naturaleza y llevar nuestra edad con nosotros.
Un sentido del universo, un sentido del todo, la nostalgia que se apodera de nosotros cuando se enfrenta con la naturaleza, la belleza, la música. Esto parece ser una expectativa y la conciencia de una Gran Presencia.
El engaño es el juego de los espíritus mezquinos, y esa es por naturaleza una cualidad de la mujer.
La naturaleza favorece a aquellos organismos que dejan el ambiente en mejores condiciones para que sus crías puedan sobrevivir.
La ciencia se trata de desentrañar la naturaleza.
Es simplemente parte de la naturaleza humana intentar y resolver cosas. Así, que cuando estamos en medio de una situación, generalmente tratamos de razonar la manera de atravesarla.
La estupidez es algo inquebrantable, no hay nada que la ataque sin romperse contra ella; es de la naturaleza del granito, dura y resistente.
Si la gente piensa que la naturaleza es su amigo, entonces seguro que no necesitan un enemigo.
Los derechos sagrados de la humanidad no deben ser rebuscados entre viejos pergaminos o registros mohosos. Están escritos, como con un rayo de sol, en el volumen entero de la naturaleza humana, de la mano de la divinidad misma y nunca puede ser borrados u ocultados por poder mortal.
Tal es la naturaleza milagrosa del futuro de los exiliados: lo primero que se pronuncia en la impotencia de un apartamento recalentado se convierte en el destino de las naciones.