Maldad citas y frases
Solo las mentiras y la maldad, provienen de permitir a la gente libre.
Vivimos en un mundo que está lleno de inmundicia y sordidez, un mundo que hiede a maldad. No puedes permitir que ese asqueroso veneno te toque. Mantente alejado de él. Evítalo.
Tolerar el mal conduce solamente a más mal. Y cuando la gente buena está parada y no hace nada mientras reina la maldad, se consumirán sus comunidades.
La generalidad de los hombres es naturalmente propensa a ser influenciada por el temor en lugar de la reverencia y el abstenerse de la maldad por el castigo que trae que debido a su propia asquerosidad.
La conquista es el misionero de valor, y el duro impacto de las virtudes militares saca a la maldad del mundo.
Tales son las alturas de la maldad a la que empuja la religión a las personas.
Los orificios para llaves son las ocasiones de más pecados y maldad que todos los otros agujeros de este mundo juntan.
Las palabras pueden pronunciarse con amargura e ira y a menudo parece que hay un elemento de verdad en esa maldad. Y las palabras no desaparecen, sino que se quedan haciendo eco.
La vida es un camino grande con muchas señales. Así que cuando se encuentre estancado no complique su mente. Huya del odio, la maldad y los celos. No entierre sus pensamientos, vea la realidad. ¡Despierte y viva!
Donde no hay oposición a la maldad, esta se multiplica.
Hay tanto Santo en el peor de ellos y tanta maldad en el mejor de ellos, que una mujer que está casada con uno de ellos, no tiene nada que aprender de los demás.
En cuanto a nosotros mismos, sí, debemos ser mansos, soportar la injusticia, la maldad, el juicio impulsivo. Debemos dar la otra mejilla, renunciar a nuestro capa, ir una segunda milla.
El médico ve toda la debilidad de la humanidad; el abogado toda la maldad, el teólogo toda la estupidez.
¿Cuándo puede esperarse un avivamiento? Cuando la maldad de los inicuos se entristezca y angustie al cristiano.
La necedad es por cierto la hermana de la maldad.
Creo que todos tenemos la capacidad de la maldad en nosotros.
Ninguna proclividad a la maldad del corazón humano es tan poderosa que no pueda ser sometida con disciplina.
Vamos a orar para que la raza humana nunca se escape de la tierra para difundir su maldad en otros lugares.
Es siempre vulgar y a menudo un pasatiempo poco saludable, y es un vicio que no va solo; el hombre que apuesta será capaz de cualquier maldad.
El pecado lleva a la maldad y a que los corazones que se endurezcan frente a las cosas del espíritu.