Hombres citas y frases
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Los hombres construyen demasiados muros y no suficientes puentes.
La curiosa tarea de la economía es demostrar a los hombres lo poco que realmente saben acerca de lo que imaginan que pueden diseñar.
Todos los hombres que salen conmigo tienen que saber saber que su nombre puede terminar en una canción pop.
No soy una mujer buena, muy propia. No puedo bailar en tacones altos y no soy tan femenina, pero luego veo a estos hombres con esos cuerpos dando tumbos, bailando en los talones, cantando, y divirtiéndose tanto con tanto maquillaje. Eso me hace honestamente querer ser una mejor mujer.
Muchos hombres dicen: 'Si tan sólo pudiera ver un ángel, si tan sólo pudiera escuchar a un ángel proclamar algo, eso me haría ser fiel por el resto de mi vida!'
Un artista no tiene que ser un clérigo o un párroco, pero sin duda debe tener un corazón cálido para sus semejantes.
En mi vida se destacan muchos incidentes de mi juventud, de maravillosa inspiración y poder a través de hombres que predican el evangelio en un espíritu de oración y testimonio.
Si la infancia y la juventud son vanidades, no debe ser nuestra ambición convertirnos en hombres?
La mayor gloria de una mujer es que los hombres hablen poco de ella, ya sea para bien o para mal.
Pues los hombres famosos tienen toda la tierra como su monumento.
Tales son las alturas de la maldad a la que empuja la religión a las personas.
Los hombres deben en girar esquinas cuando negocian con el gobierno.
Una idea nueva y válida vale más que un regimiento y menos hombres pueden facilitar lo primero pero no lo segundo.
En nuestro país... una clase de hombres hace la guerra y le deja a otra clase la tarea de ir a pelear.
El consejo de los ancianos para los hombres jóvenes es muy apto para ser tan irreal como una lista de los cien mejores libros.
Estoy harto de los hombres viejos imaginando guerras para que los hombres jóvenes mueren en ellas.
En cuanto a los hombres que aspiran a la presidencia se refiere, no son ni siquiera gente con las que saldría en una cita.
Washington es una ciudad de hombres importantes y las mujeres con las que se casaron antes de crecer.
Hay solamente dos clases de hombres: los justos que se creen pecadores y los pecadores que se creen justos.
Bienvenidos al Lago Wobegon, donde todas las mujeres son fuertes, todos los hombres son bien parecidos, y todos los niños están por encima del promedio.