Citas de William Tecumseh Sherman

Odio a los periodistas. Entran en el campo, recogen sus rumores del campo y los imprimen como hechos. Los considero como espías, que, en verdad lo son.

La voz del pueblo es la voz de farsante.

Si el pueblo levanta un gran grito contra mi barbaridad y crueldad, contestaré que la guerra es la guerra y no es una búsqueda de popularidad.

Me permito presentarte como regalo de Navidad la Ciudad de Savannah.

Una batería de artillería de campo vale mil mosquetes.

La guerra es el infierno.

Si estoy obligado a elegir entre la penitenciaria y la Casa Blanca durante cuatro años, diría "penitenciaria, gracias".

Grant se mantuvo a mi lado cuando estuve loco, y yo me quedé junto a él cuando estuvo borracho, y ahora nos apoyamos el uno al otro.

Si pudiera elegir mataría a cada reportero del mundo, pero estoy seguro que nos llegarían boletines informativos desde el infierno antes de la hora del desayuno.

Hasta podrías decir, 'Esa es una pulga valiente que se atreve a comer su desayuno en el labio de un león.

Son solo aquellos que se ni disparan un tiro ni escuchan los chillidos y gemidos de los heridos los que claman en voz alta por sangre, más venganza, más desolación. La guerra es el infierno.

Creo que entiendo lo que es la fama militar; morir en el campo de batalla y tener tu nombre mal escrito en los periódicos.

Mi objetivo, entonces, era batir a los rebeldes, para humillar su orgullo, para seguirlos a sus recovecos más íntimos y hacer que nos temieran y amedrentarlos. El miedo es el principio de la sabiduría.

Si me nominaran, no me presentaría como candidato; si me eligieran, no serviría.

Todo intento de hacer la guerra fácil y segura resultará en humillación y desastre.

Valor, una perfecta sensibilidad de la medida del peligro y la disposición mental para soportarlo.

Pronto llegará una contienda armada entre capital y trabajo. Se oponen entre sí, no con palabras y argumentos, sino con disparos y proyectiles, pólvora y cañón. Las mejores clases están cansadas de los aullidos dementes de los estratos bajos y quieren acabar con ellos.

Haré esta guerra tan grave como sea posible y no mostraré ningún síntoma de cansancio hasta que el Sur suplique por perdón.

Estoy cansado y harto de la guerra. Su gloria es toda luz de luna. Sólo el que nunca disparó un tiro ni escuchó los chillidos y gemidos de los heridos clama en voz alta por sangre, por venganza, por desolación. La guerra es el infierno.

La guerra es crueldad. No sirve de nada tratar de reformarla. Mientras más cruel es, más pronto se acabará.