Hijo citas y frases
(página 6)
Le digo a la gente que no votaré para ir a la guerra si no estoy dispuesto a ir o enviar a mis hijos.
Fui elegido para el Senado en el 2010 por gente preocupada por nuestro país, preocupados por nuestros hijos y su futuro.
Por favor dejen de enseñar a mis hijos que todos merecen un trofeo solo por haber participado. ¿Qué es esto, el Premio Nobel? No todo el mundo gana un trofeo.
Quiero ser el superhéroe de mi hijo.
Llevo a mis hijos a la escuela. Es lo que te mantiene normal.
Tener un hijo no es todo placer.
Todos somos soñadores creando el siguiente mundo, el siguiente hermoso mundo para nosotros y para nuestros hijos.
Mi hijo realmente ama a los insectos.
Aquel que no ama a su esposa y a sus hijos alimenta a una leona en el hogar y cría un nido de pesares.
Llevaba a mis hijos a todas partes. No tenía dinero para niñeras, así que los llevé a la universidad conmigo y se sentaban en el pasillo.
La tristeza se considera el hijo mayor del pecado.
Ustedes son los arcos desde los que sus hijos son lanzados como flechas vivientes.
A veces desearía haber tenido un día extra con mi mamá. O una hora más al día con mi familia, esposo e hijos.
Lo que el mundo necesita hoy más que ninguna otra cosa es una fe implícita en Dios, nuestro Padre y en Jesucristo, su hijo, como el salvador del mundo.
Yo no soy un modelo a seguir... Solo porque puedo encestar una pelota de baloncesto no significa que debo criar a tus hijos.
Por ser hijo único, mi madre me crió muy cuidadosamente.
Tener un hijo lo cambia todo.
A mis jóvenes amigos por ahí: la vida puede ser grandiosa, pero no cuando tú no puedes verla. Por lo tanto, abre los ojos a la vida: mira en los vivos colores que Dios nos dio como un regalo precioso a sus hijos, disfruta la vida al máximo y haz que cuente. Di sí a la vida.
No estoy ocupada... una mujer con tres hijos menores de 10 años, no pensaría que mi horario se ve ocupado.
El padre de una hija no es más que un rehén de clase superior. Un padre da una cara pétrea a sus hijos, los reprende, sacude sus cornamentas, patas al suelo, resoplidos, les sale corriendo en la maleza, pero cuando su hija pone su brazo sobre su hombro y dice: "Papá, necesito preguntarte algo", el padre es un pedacito de mantequilla en una sartén caliente.