Enseñar citas y frases
Los hombres son más viriles y más atractivos entre las edades de 35 y 55. Antes de los 35 un hombre tiene demasiado por aprender, y yo no tengo tiempo para enseñarle.
Un buen maestro, como buen artista, primero debe capturar la atención de su público; luego puede enseñar su lección.
No debes luchar muy a menudo con un enemigo, o le enseñarás todo tu arte de guerra.
El viejo adagio acerca de darle a un hombre un pescado en vez de enseñarle cómo pescar ha sido actualizado por un lector: ¡Dale a un hombre un pescado y él pedirá salsa tártara y papas fritas! Por otra parte, algún político que quiere su voto, declarará que todas estas cosas forman parte de sus "derechos fundamentales".
Yo me recuerdo cada mañana: nada de lo que diga en este día me enseñará algo. Así que si voy a aprender, y debo hacerlo escuchando a los demás.
Siempre haz sobrio lo que dijiste que harías borracho. Te enseñará a mantener la boca cerrada.
Lo más importante que los padres le pueden enseñar a sus hijos es cómo llevarse bien con ellos.
La función de la educación es enseñar a uno a pensar intensamente y a pensar críticamente. Inteligencia más carácter — esa es la meta de la verdadera educación.
Tenemos que enseñar a la próxima generación de niños desde el primer día que son responsables de sus vidas. El regalo más grande de la humanidad, también su mayor maldición, es que tenemos libre elección. Podemos hacer nuestras elecciones basadas en el amor o el miedo.
Prefiero aprender a cantar de un solo pájaro que enseñar a no bailar a diez mil estrellas.
Aprender haciendo, enseñar de igual a igual y la simulación por computadora son todos parte de la misma ecuación.
Si aprendes algo nuevo cada día, puedes enseñar algo nuevo cada día.
Tienes que crecer de adentro hacia afuera. Nadie te puede enseñar, nadie puede hacerte espiritual. No hay ningún otro maestro más que el de tu propia alma.
No puedes enseñarles a otros si tú estás viviendo de la misma manera.
Las heridas me enseñaron que necesito aprender a enfrentar mis retos.
Mis padres no creían en la suerte. Creían en el trabajo duro y en prepararme para sacar provecho de la oportunidad. Como muchos padres, ellos me enseñaron a ser generoso pero nunca para depender de la generosidad de otros.
¿Cómo podría enseñarle la virtud de la paciencia a sus jóvenes una sociedad que vive a base de purés de papas instantáneos, mezclas para pasteles envasadas, cenas congeladas y cámaras instantáneas?
Todos los que son incapaces de aprender han sido elegidos para enseñar.
He jurado ante Dios enseñar al no creyente, aunque sea despreciado por algunos.
No hay nadie que no pueda enseñarle algo a alguien , y no hay ninguno tan excelente sino el se destaca.