Citas de William Hazlitt
(página 4)

Si no he leído un libro antes, es, para todos los efectos y propósitos, nuevo para mí ya sea que haya sido impreso ayer o hace trescientos años.

El aprendizaje es superar la propria enorme recompensa.

El genio, como la humanidad, se oxida por falta de uso.

Las perfectas alegrías del cielo no satisfacen los deseos de la naturaleza.

Prefiero a los amigos con defectos de los que uno puede hablar.

La fama es la herencia no de los muertos, sino de los vivos. Somos nosotros los que miramos hacia atrá con noble orgullo frente a los grandes nombres de la antigüedad.

Aquellos que hacen de su vestido una parte principal de ellos mismos por lo general se vuelven menos valiosos que su vestido.

Nunca hacemos nada bien hasta que dejamos de pensar en la manera de hacerlo.

Aquello que no es, nunca será. Aquello que es, nunca dejará de ser. Para el sabio, estas verdades son evidentes.

Un hipócrita desprecia a aquellos a quienes él engaña, pero no tiene ningún respeto por sí mismo. Haría un engaño de sí mismo, si pudiera.

La gracia ha sido definida como la expresión externa de la armonía interna del alma.

El prejuicio es el hijo de la ignorancia.

No soy inteligente, pero me gusta observar. Millones vieron a la manzana caerse, pero Newton fue el que preguntó por qué.

No hay reglas para la amistad. Debe dejarse a sí misma. No la podemos forzar más que al amor.

Si crees que puedes ganar, puedes ganar. La fe es necesaria para la victoria.

Algunas personas rompen promesas por el gusto de romperlas.

El hombre verdaderamente orgulloso no conoce ni superiores ni inferiores. No admite al primero — el último no es de su interés.

Encontramos muchas cosas las cuales la única tentación que tienen es su propia prohibición.

El entusiasmo hará más que el conocimiento.

Mira hacia arriba, ríe ruidosamente, habla grandezas, mantén el color en tus mejillas y el fuego en tus ojos, adorna a tu persona, mantén tu salud, tu belleza y tus espíritus animales.