Citas de Emil Cioran

Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo es matarme a su vez. Qué cómodo se siente uno entre asesinos.

El caos es rechazar todo lo que has aprendido, el caos es ser tú mismo.

El insomnio es una lucidez vertiginosa que puede convertir el paraíso en sí, en un lugar de tortura.

El fanático es incorruptible: si mata por una idea, bien puede hacerse matar por ella; en cualquier caso, tirano o mártir, es un monstruo.

Todo pensamiento se deriva de una sensación frustrada.

El hombre comienza de nuevo todos los días, a pesar y en contra de todo lo que sabe.

Qué orgullo descubrir que nada te pertenece — que revelación.

Nacemos para Existir, no para saber, para ser, no para afirmarnos uno mismo.

Dios: una enfermedad de la que nos imaginamos que estamos curados porque nadie muere de ella hoy en día.

La tolerancia — la función de un ardor apagado — no puede seducir a los jóvenes.

Esto ocurre porque somos todos unos impostores que nos soportamos unos a otros.

Vivir significa creer y esperar, mentir y mentirse a uno mismo.

La vida es posible solo mediante las deficiencias de nuestra imaginación y memoria.

Una civilización se destruye solo cuando se destruyen sus dioses.

Preveo el día en el que no leeremos nada más que telegramas y plegarias.

La palabra — ese puñal invisible.

¿Quién se rebela? ¿Quién se levanta en armas? Raramente el esclavo, pero casi siempre el opresor convertido en esclavo.

Actuar es anclar en un futuro inminente, tan inminente que se vuelve casi tangible; actuar es sentir que eres consustanciales con ese futuro.

La ambición es una droga que convierte a sus adictos en locos en potencia.

El hombre debe vencerse a sí mismo, debe ser violento consigo mismo, con el fin de realizar la menor acción que no esté contaminada por el mal.