Citas de Emil Cioran
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La crítica es una idea equivocada: debemos leer no para entender a otros sino para entendernos a nosotros mismos.
En una república, ese paraíso de debilidad, el político es un pequeño tirano que obedece a las leyes.
Aventurarse en un compromiso de cualquier tipo, incluso el más insignificante, es sacrificar la envidia.
Una maravilla que no tiene nada que ofrecer, la democracia es un paraíso de la nación y una tumba a la vez.
No estaríamos interesados en los seres humanos si no tuviéramos la esperanza de algún día conocer a alguien peor que nosotros.
Estás acabado — un hombre muerto viviente — no cuando dejas de amar sino cuando dejas de odiar. El odio preserva: en él, en su química, reside el misterio de la vida.
Un silencio repentino en medio de una conversación nos lleva a lo esencial: revela cuán caro debemos pagar por la invención del discurso.
¿Qué importancia tiene el futuro para el hombre que, la mitad de tiempo, está obsesionado con la eternidad?
Cada concesión que hacemos está acompañada por una disminución interna de lo que no somos inmediatamente conscientes.
Nadie puede escapar en el sueño, somos todos genios cuando soñamos, el carnicero es el igual del poeta.