Citas de Emil Cioran
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Existir es un hábito que no me desespero por obtener.

Habitamos una lengua en lugar de un país.

Lo que nos rodea lo soportamos mejor al darle un nombre — y seguir.

La música es el refugio de las almas ulceradas por la felicidad.

Es Imposible pasar noches sin dormir y lograr algo: Si en mi juventud, mis padres no hubieran financiado mi insomnio, seguramente me hubiera matado a mi mismo.

Nuestras obras, sea lo que sean, derivan de nuestra incapacidad para matar o matarnos nosotros mismos.

La mente es el resultado de los tormentos que la carne sufre o se inflige a sí misma.

Progreso es la injusticia que cada generación comete con respecto a sus predecesores.

Desear la fama es preferir morir despreciados que olvidados.

Los celos: ese revoltijo de culto secreto y ostensible aversión.

La vida inspira más temor que la muerte: es la vida la gran desconocida.

No tengo ninguna nacionalidad: el mejor estado posible para un intelectual.

Para tí que ya no la tienes, la libertad es todo, para nosotros que la tenemos, es simplemente una ilusión.

La sociedad no es una enfermedad; es un desastre. Qué estúpido milagro que uno pueda vivir en él.

Morimos en proporción a las palabras que aventuramos a nuestro alrededor.

Nadie se recupera de la enfermedad de haber nacido, herida mortal si alguna vez las hubo.

Derivamos nuestra vitalidad de nuestra reserva de locura.

El hecho de que la vida no tiene sentido es una razón para vivir; es más, es la única.

El espermatozoide es un bandido en su estado puro.

Discurso y silencio. Nos sentimos más seguros con un loco que habla que con uno que no puede abrir la boca.