Citas de Emil Cioran
(página 3)

Una civilización se destruye solo cuando se destruyen sus dioses.

El temor a ser engañado, es la versión vulgar de la búsqueda de la verdad.

El deseo de morir era mí única preocupación; por ello he sacrificado todo, incluso la muerte.

En cada hombre duerme un profeta, y cuando se despierta hay un poco más de maldad en el mundo.

Lo que nos rodea lo soportamos mejor al darle un nombre — y seguir.

Cualquier persona que hable en nombre de otros es siempre un impostor.

La vida es posible solo mediante las deficiencias de nuestra imaginación y memoria.

Por todas las pruebas, estamos en el mundo para no hacer nada.

Filosofía: Ansiedad impersonal; refugio entre ideas anémicas.

Tenemos miedo de la enormidad de lo posible.

La inteligencia florece solamente en las eras en las que la creencia se marchita.

Vivir significa creer y esperar, mentir y mentirse a uno mismo.

Interesamos a otros por la desgracia que difundimos a nuestro alrededor.

Esto ocurre porque somos todos unos impostores que nos soportamos unos a otros.

Cuando no podemos ser liberados de nosotros mismos, nos deleitamos en devorarnos a nosotros mismos.

La tolerancia — la función de un ardor apagado — no puede seducir a los jóvenes.

Gloria, una vez lograda, ¿valió la pena?

¿Qué importancia tiene el futuro para el hombre que, la mitad de tiempo, está obsesionado con la eternidad?

Nada agota tanto como la posesión o el abuso de la libertad.

Un pueblo representa no tanto una suma de ideas y teorías, sino de obsesiones.