Citas de Bertrand Russell
La ética es en origen el arte de recomendar a otros los sacrificios requeridos para la cooperación con uno mismo.
¿Por qué la propaganda es mucho más exitosa cuando provoca odio que cuando trata de provocar sentimientos de amistad?.
Digo muy deliberadamente que la religión cristiana, como es organizada en sus iglesias, ha sido y sigue siendo el principal enemigo del progreso moral en el mundo.
El desgraciado cobarde cuya mano y corazón puede llevar a la tortura nada más abajo, es siempre el primero codorniz y iniciar desde el dolor más leve o enemigo igual.
El secreto de la felicidad es esto: deje que sus intereses sean tan amplios como sea posible y deje que sus reacciones a las cosas y las personas que le interesan sean en lo posible más amigables que hostiles.
Los que olvidan el bien y el mal y buscan solamente conocer los hechos tienen más probabilidades de alcanzar el bien que los que ven el mundo a través de la distorsión de sus propios deseos.
No hay que preocuparse solo por el tamaño. No necesariamente respetamos más a un hombre gordo que a uno delgado. Sir Isaac Newton era mucho más pequeño que un hipopótamo, pero no por ello lo valoramos menos.
Se ha dicho que el hombre es un animal racional. Toda mi vida he estado buscando pruebas que apoyen esto.
La matemática se puede definir como la materia en la cual que nunca sabemos de qué estamos hablando ni si lo que estamos diciendo es cierto.
El verdadero espíritu del deleite, la exaltación, la sensación de ser más que hombre, que es la piedra de toque de la más alta excelencia, debe ser encontrada en las matemáticas tanto como en la poesía.
El problema con el mundo es que los estúpidos están llenos de confianza y los inteligentes están llenos de duda.
Uno debe respetar la opinión pública en la medida en que sea necesaria para evitar el hambre y mantenerse fuera de la cárcel, pero lo que vaya más allá de esto es sumisión voluntaria a una tiranía innecesaria.
El hombre necesita, para su felicidad, no sólo el disfrute de esto o aquello, pero esperanza y empuje y cambio.
Adquirir inmunidad frente a la elocuencia es de suma importancia para los ciudadanos de una democracia.