Citas de Bertrand Russell
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Creo en las palabras, no en los puños. Creo en mi indignación al conocer personas que viven en cajas en la calle. Creo en la honestidad. Creo en un buen momento. Creo en la buena comida. Creo en el sexo.
El hombre es un animal crédulo y debe creer en algo; en ausencia de buenas razones para creer, quedará satisfecho con las malas.
De todas las formas de cuidado, precaución en el amor es quizás la más fatal para la felicidad verdadera.
Uno de los síntomas de un inminente ataque de nervios es la creencia de que el trabajo de uno es terriblemente importante.
El esclavo está condenado a rendirle culto al tiempo y el destino y la muerte, porque ellos son mayores que cualquier cosa que encuentra en sí mismo, y porque todos sus pensamientos son de cosas que ellos devoran.
No le temas a ser excéntrico en cuanto a la opinión, pues toda opinión aceptada hoy en día antes fue excéntrica.
En los Estados Unidos todo el mundo es de la opinión que ellos no tienen superiores sociales, ya que todos los hombres son iguales, pero ellos no admiten que no tienen inferiores sociales, pues, desde el momento de Jefferson en adelante, la doctrina que todos los hombres son iguales se aplica sólo hacia arriba, no hacia abajo.
Las religiones que enseñan el amor fraternal se han utilizado como excusa para la persecución, y nuestra más profundo percepción científica se convierte en un medio de destrucción masiva.
El gran problema con el mundo es que los tontos y los fanáticos están siempre tan seguros de sí mismos, y la gente más sabia esta tan llena de dudas.
Tanto en el pensamiento como en el sentimiento, a pesar de que el tiempo sea real, darse cuenta de la insignificancia del tiempo es la puerta de la sabiduría.
El desprecio de la felicidad suele ser desprecio por la felicidad de otras personas y es un disfraz elegante para el odio de la raza humana.
El dogmatismo y el escepticismo son ambos, en cierto sentido, filosofías absolutas; una está segura de saber, la otro de no saber. Lo qué la filosofía debe disipar es la certeza, ya sea de conocimiento o ignorancia.
El aburrimiento es... un problema vital para el moralista, puesto que la mitad de los pecados de la humanidad son causados por el temor a éste.
