Citas de Albert Camus
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No hay ningún destino que no pueda ser superado por el desprecio.

El deseo de posesión es insaciable, a tal punto que puede sobrevivir incluso al amor mismo. Amar, por lo tanto, es esterilizar a la persona que uno ama.

Para ser famoso, de hecho, uno sólo tiene que matar a la dueña del apartamento.

El hombre quiere vivir, pero es inútil esperar que este deseo le vaya a dictar todas sus acciones.

No camines detrás de mí; yo no puedo conducir. No camines delante de mí; puedo no seguir. Camina junto a mí y sé mi amigo.

solíamos preguntarnos dónde vivía la guerra, qué era lo que la hacía tan vil. Y ahora nos damos cuenta que sabemos dónde vive... dentro de nosotros.

Durante siglos la pena de muerte, a menudo acompañada de refinamientos bárbaros, ha intentado mantener la delincuencia bajo control, pero todavía persiste el crimen.. ¿Por qué? Porque los instintos que son beligerantes en el hombre no son, como afirma la ley, fuerzas constantes en un estado de equilibrio.

Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo.

La virtud no puede separarse de la realidad sin convertirse un principio del mal.

Los que lloran por los periodos felices que se encuentran en la historia reconocen lo que ellos quieren; no el alivio, sino el silencio de la miseria.

Es normal regalar un poco de la propia vida para no perderlo todo.

No habrá ninguna paz duradera ni en el corazón de las personas ni en las costumbres sociales hasta que la muerte sea ilegal.

Es necesario enamorarse... Si es sólo para proporcionar una coartada para toda la azarosa desesperación que vas a sentir de todas formas.

La verdad es misteriosa, escurridiza, siempre por ser conquistada. La libertad es peligrosa, tan difícil de vivir como es exaltada. Debemos marchar hacia estos dos objetivos, dolorosamente pero de manera resuelta, con certeza anticipada de nuestros fracasos en tan largo camino.

Llamamos primeras verdades a las que descubrimos después de todas las demás.

Nos metemos en el hábito de la vida antes de adquirir el hábito de pensar. En esa carrera, que cada día nos apresura hacia la muerte, el cuerpo mantiene su liderazgo irreparable.

Ah, mon cher, para aquel que está solo, sin Dios y sin maestro, el peso de los días es terrible.

Después de que todo tipo de profesores hayan hecho lo mejor por nosotros, el lugar del cuál obtenemos conocimiento es en los libros. La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.

Todas las revoluciones modernas han terminado en un refuerzo del poder del estado.

Me gustaría poder amar a mi país y aún así amar la justicia.