Autoridad citas y frases
La clave del liderazgo exitoso hoy en día es la influencia, no la autoridad.
Nada refuerza tanto la autoridad como el silencio.
La autoridad se olvida de un rey agonizante.
La libertad natural del hombre es estar libre de cualquier poder superior sobre la Tierra y no estar conforme a la voluntad o autoridad legislativa del hombre, sino sólo tener la ley de la naturaleza como su gobernante.
Nunca cambié mi mensaje. Predico la Biblia y la predico con autoridad.
La compensación es la autoridad.
Piensa por ti mismo y cuestiona a la autoridad.
Seamos honestos: esta es la máxima más alta del arte y de la vida, el secreto de la elocuencia y de la virtud y de toda autoridad moral.
La autoridad de los que enseñan es a menudo un obstáculo para aquellos que quieren aprender.
Un maestro debería tener autoridad máxima y poder mínimo.
Solo debe declararse la guerra por la autoridad del pueblo, cuyos esfuerzos y tesoros son soportar sus cargas, en vez del gobierno, el cual cosechará sus frutos.
La autoridad moral viene de seguir principios universales y eternos, como honestidad, integridad, tratar a las personas con respeto.
Las relaciones se negocian y si uno trata con ultimátums y autoridad todo el tiempo, entonces no va a llegar a ningún lado.
El fútbol se parece mucho a la vida en el hecho de que enseña que el trabajo, el sacrificio, la perseverancia, la unidad competitiva, la abnegación y el respeto a la autoridad es el precio que todos y cada uno de nosotros debe pagar para alcanzar cualquier meta que valga la pena.
Quiero aclarar una cosa, en cuanto a mi propio renacimiento se refiere, yo soy la última autoridad y nadie más, y por supuesto no los comunistas de China.
Quien sea que lleve a cabo una discusión apelando a la autoridad no está usando su inteligencia; está usando su memoria.
Desconfiar de la autoridad debería ser el primer deber cívico.
Hago situaciones y me burlo de la autoridad y la vida.
El máximo tribunal de apelación es la observación y el experimento... no la autoridad.
Ampliamos nuestro sacerdocio y agrandamos nuestro llamado cuando servimos con diligencia y entusiasmo en esas responsabilidades a las que estamos llamados por la autoridad apropiada.