Citas de Pierre Teilhard de Chardin
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En cierto modo, el universo entero tangible es un gran residuo, un esqueleto de innumerables vidas que han germinado en ella y la han dejado, dejando tras de sí sólo una parte insignificante, infinitesimal de sus riquezas.
Somos uno, después de todo, tú y yo, juntos sufrimos, juntos existimos, y por siempre nos recrearemos el uno al otro.
Solo el amor es capaz de unir a los seres vivos de modo que los completa y los satisface, pues solo él los lleva y los une mediante lo más profundo dentro de ellos.
El hombre puede ser entendido solamente por la ascensión de física, química, biología y geología. En otras palabras, él es ante todo un problema cósmico.
Seguramente la estela dejada por la marcha hacia adelante de la humanidad revela su movimiento apenas tan claramente como el aerosol lanzado por la proa en otros países.
La muerte es aceptable sólo si representa el paso físicamente necesario hacia una Unión, la condición de una metamorfosis.
Verdaderamente, hay una nota cristiana que hace que todo el mundo vibre, como un inmenso gong, en el Cristo divino. Esta nota única y universal, y autónoma es el Evangelio.
Descubrir y conocer siempre ha sido una tendencia profunda de nuestra naturaleza. ¿No podemos reconocerlo ya en el hombre de las cavernas?
A través de la fidelidad,nos situamos y mantenemos en las manos de Dios tan exactamente como para ser uno con ellos en su acción.
El problema del mal, es decir, la conciliación de nuestros fracasos, incluso los puramente físicos, con la bondad creativa y el poder creativo, siempre seguirá siendo uno de los misterios más inquietantes del universo para nuestros corazones y nuestras mentes.
La religión, nacida de la necesidad de la tierra para la revelación de un Dios, está relacionada con el hombre individual, sino con toda la humanidad.
El ser humano es incapaz de verse totalmente sin relación a la humanidad, ni es capaz de ver la humanidad sin relación con la vida, ni la vida sin relación con el universo.
Para que las ideas prevalezcan, muchos de sus defensores tienen que morir en la oscuridad. Su influencia anónima se hace sentir.
Todo lo que sé es que, gracias a una especie de hábito que siempre ha estado arraigada en mí, nunca, en ningún momento de mi vida, experimenté la menor dificultad en dirigirme a Dios como a un ser supremo.
Más profundamente, existe en la sustancia del cosmos una disposición primordial, sui generis, para la disposición y la involución de sí mismo.
En la edad cuando otros niños, me imagino, experimentan su primer 'sentimiento' por una persona, por el arte o la religión, era cariñoso, bueno y aun piadoso: con esto quiero decir que bajo la influencia de mi madre, estaba dedicado al niño Jesús.