Citas de Phyllis Diller

Una sonrisa es una curva que pone todo recto.

Apunta a lo alto, y no te dispararás el pie.

Las tareas domésticas no pueden matarte, pero ¿por qué arriesgarse?

La razón por la que las mujeres no juegan fútbol es porque once de ellas nunca usarían el mismo atuendo en público.

Mi propia risa es lo real y la he tenido toda mi vida.

Hay tan poco dinero en mi cuenta bancaria que mis cheques con diseño muestran un gueto.

Quiero que mis hijos tengan todas las cosas que yo no me pude permitir. Y después quiero vivir con ellos.

Quería ser yo, totalmente yo. Cuanto más yo, mejor. Instintivamente lo sabía, y tenía razón.

Nuestro perro murió al lamer nuestra foto de boda.

Nunca te vayas a la cama enojado. Quédate despierto y lucha.

Te enteras de que estás viejo cuando alguien te felicita en tus zapatos de piel de cocodrilo, y estás descalzo.

Cocino tan mal que mis hijos pensaban que el Día de Acción de Gracias era para conmemorar Pearl Harbor.

Le pregunté al camarero: "¿Es fresca esta leche?" Dijo: "Señora, hace tres horas era hierba".

La vejez es cuando las manchas del hígado se muestran a través de los guantes.

Lo que no me gusta acerca de las fiestas navideñas de oficina es estar buscando un trabajo al día siguiente.

Mi padre solía llamarme la hiena riente.

Pasamos los primeros doce meses de vida de nuestros hijos enseñándoles a caminar y hablar y los siguientes doce diciéndoles que se sienten y se callen.

Te veas como te veas, cásate con un hombre de tu propia edad — a medida que tu belleza se desvanezca, también lo hará su vista.

Estoy atrasado dieciocho años en mi planchado.

Mi receta para lidiar con la ira y la frustración: ajustar el temporizador de la cocina por veinte minutos, gritar, quejarme y delirar, y al sonido de la alarma, tranquilizarme y continuar con mis cosas como de costumbre.