Citas de Miguel de Cervantes
(página 2)

El que pierde riquezas pierde mucho; el que pierde a un amigo pierde más; pero el que pierde su valentía lo pierde todo.

Un proverbio es una frase corta basada en una experiencia larga.

Bueno, hay un remedio para todas las cosas y es la muerte, que seguro nos acuesta una vez u otra.

Para que el hombre alcance un grado eminente en el conocimiento le cuesta el tiempo, la observación, la hambre, la desnudez, los mareos en la cabeza, la debilidad en el estómago y otros inconvenientes.

Hay solo dos familias en el mundo, mi abuela solía decir, los que tienen y los que no tienen.

Dime con quien andas y te diré quien eres.

Nadie atrapa truchas con pantalones secos.

Las buenas acciones nos ennoblecen, y somos los hijos de nuestras buenas obras.

Los ojos, esas lenguas silenciosas del amor.

De leer demasiado y dormir muy poco, su cerebro se le secó y perdió su juicio.

Cada hombre es el hijo de sus propias obras.

Cuando la severidad de la ley debe ser atenuada, deja que la lástima, y no los sobornos, sean la motivación.

No hay más locura en el mundo que un hombre desesperado.

Los proverbios son frases cortas extraídas de una larga experiencia.

Lo que cuesta poco es menos valorado.

La pereza nunca llegó al logro de un buen deseo.

Ningún candado, cerradura o barra puede proteger a una doncella mejor que su propia cautela.

La verdad de hecho alivia en vez de doler, y siempre resistirá contra la falsedad, como hace el aceite sobre agua.

Nigún padre o madre considera a sus propios hijos feos.

El tiempo lo madura todo; nadie nace sabio.