Citas de Margaret J. Wheatley
Sin reflexión vamos a ciegas por nuestro camino, creando más consecuencias imprevistas y sin lograr nada útil.
Todas la personas dentro de un sistema complejo lo interpretarán de una manera distinta. Cuanto más interpretaciones recopilamos, más fácil se vuelve entender la totalidad.
Escuchar es un acto tan simple. Nos obliga a estar presentes y requiere de práctica, pero no tenemos que hacer nada más. No tenemos que aconsejar, entrenar o sonar sabios. Solo tenemos que estar dispuestos a sentarnos allí y ponernos a escuchar.
Me parece que hay que notar que los procesos de negocio que utilizamos en este momento para la reflexión, planificación, presupuestación y la estrategia son entregados en agendas muy ajustadas.
Hemos creado problemas para nosotros mismos en las organizaciones por confundir el control con el orden.
Cualquier clase de vida que hayamos experimentado, si le contamos nuestra historia a alguien que escucha, nos resulta más fácil lidiar con nuestras circunstancias.
La determinación, la energía y el coraje aparecen espontáneamente cuando nos preocupamos profundamente por algo. Tomamos unos riesgos que son inimaginables en cualquier otro contexto.
En nuestra vida cotidiana, nos encontramos con personas que son enojadas, engañosas, con la única intención de satisfacer sus propias necesidades. Hay tanta ira, desconfianza, avaricia y mezquindad que estamos perdiendo nuestra capacidad de trabajar bien juntos.
Cuando los líderes retoman el poder, cuando actúan como héroes y salvadores, terminan agotados, abrumados y profundamente estresados.
Sin agresividad, llega a ser posible pensar bien, ser curioso acerca de las diferencias y a disfrutar de la compañía del otro.
Demasiadas sesiones de resolución de problemas se convierten en campos de batalla donde se toman decisiones basados en el poder en lugar de la inteligencia.
La agresión es el comportamiento más común utilizado por muchas organizaciones, un medio casi invisible que influye en todas las decisiones y acciones.
Estos días, nuestros sentidos son bombardeados con agresión. Nos enfrentamos constantemente con imágenes mundiales de escalada, interminable guerra y violencia.
En prácticamente todas las organizaciones, independientemente de la misión y función, las personas se sienten frustradas por problemas que parecen irresolubles.
Las organizaciones se enfrentan ahora a dos fuentes de cambio: el tipo tradicional que es iniciado y administrado; y los cambios externos, sobre los cuales nadie tiene control.
Para nosotros, alguien que está dispuesto a dar un paso adelante y ayudar es mucho más valiente que alguien que simplemente está cumpliendo con el papel.
Creo que la capacidad que cualquier organización necesita es que el liderazgo aparezca en cualquier parte que se necesite, y cuando sea necesario.
Escuchar nos acerca, nos ayuda a ser más completos, más sanos, más santos. No escuchar crea fragmentación, y la fragmentación es la raíz de todo sufrimiento.