Citas de Marcus Tullius Cicero
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El estudio y conocimiento del universo de alguna manera sería poco convincente y defectuoso donde no haya resultados prácticos a seguir.
Podría ser perdonable negarse a defender a algunos hombres, pero defenderlos con negligencia no es nada menos que criminal.
Estamos motivados por un deseo intenso de recibir alabanzas, y cuando mejor es un hombre más lo inspira la gloria. Los mismos filósofos inscriben sus nombres en los libros que escriben, incluso aquellos que dicen redactar con desprecio de la gloria.
Como el fuego cuando es lanzado en agua, es enfriado y apagado, así también cuando una acusación falsa es lanzada contra un hombre del carácter más puro y santo, hierve e inmediatamente se disipa y desaparece y amenazan con el cielo y el mar, permaneciendo el mismo de pie e inmóvil.
Los preceptos del derecho son estos: vivir honestamente, no herir a nadie, y dar a todos los demás lo que se les debe.
Los consejos en la vejez son una tontería; pues qué puede ser más absurdo que aumentar nuestras provisiones para el camino cuando más nos acercamos al final de nuestro viaje.
La libertad es el poder natural del hombre de hacer lo que le dé la gana, mientras que no sea impedido ni por por la fuerza ni por la ley.
Por cuántas cosas, que, por nuestro propio bien, nunca debemos hacer, realizamos por el bien de nuestros amigos.