Citas de Marcus Tullius Cicero
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Conocer las leyes no es memorizarlas, sino captar toda su fuerza y su significado.

Aquel que ve el Superalma acompañando al alma individual en todos los cuerpos y que entiende que ni el alma ni el Superalma pueden ser destruidos, realmente ve.

Es la calidad peculiar de un necio a percibir las fallas de otros y olvidar sus propias.

Hagas lo que hagas, hazlo con todas tus fuerzas.

La verdadera nobleza está exenta de temor.

Es la naturaleza de cada persona errar, pero sólo el necio persevera en el error.

En todo, la verdad supera la imitación y la copia.

Una carta no se ruboriza.

Los mayores placeres se separan por muy poco de la repugnancia.

La filosofía definida correctamente es simplemente el amor por la sabiduría.

Nuestro carácter no es tanto el producto de la raza y la herencia, como de aquellas circunstancias que por naturaleza forman nuestros hábitos, por las que nos criamos y vivimos.

Antes de empezar, planifica con cuidado.

Ser ignorante de lo que ocurrió antes de nacer es seguir siendo siempre un niño.

Nada es tan poco fiable como la población, nada más obscuro que las intenciones humanas, nada más engañoso que el entero sistema electoral.

No me avergüenza confesar que soy ignorante con respecto a lo que no sé.

Ninguna obligación para hacer lo imposible es obligatoria.

La cosecha de la vejez es el recuerdo y la abundancia de bendiciones anteriormente aseguradas.

Agrego esto: que la capacidad racional sin educación ha elevado al hombre a la gloria y la virtud más que lo ha hecho la educación sin la capacidad natural.

Cuanto más alto estamos situados, más humildemente debemos caminar.

Nada destaca tan visiblemente, o sigue siendo tan firmemente fijado en la memoria, como algo en lo que uno se haya equivocado.