Citas de Joyce Meyer
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Es simplemente parte de la naturaleza humana intentar y resolver cosas. Así, que cuando estamos en medio de una situación, generalmente tratamos de razonar la manera de atravesarla.
Verás: la rebelión, y la desobediencia que genera, nos impide tener el poder de Dios que está disponible para nosotros como cristianos.
La mayoría de las cosas que hacemos diariamente son el resultado de las costumbres que nos hemos formado a través del tiempo.
Solía preocuparme hasta por el menor detalle, tratando de solucionar todos los problemas. Bueno, ahora me doy cuenta de lo tonto fui. No tenía más control sobre mi vida que un hombre en la luna.
Las tradiciones son una parte común de nuestras vidas. Pueden ser buenas y no todas las tradiciones están equivocadas, pero a veces pueden quitarle la alegría a la vida.
A nadie le gusta tener problemas. En el momento que tenemos una pista que vienen, una respuesta común es, '¡Oh no! ¡No otra vez!'
Muchas veces, la gente hace a otras personas responsables de su alegría: "No me estás haciendo feliz, no estás haciendo esto, no estás haciendo lo otro".
Las cosas en sí mismas no tienen ninguna vida. Un coche no puede confortar o animar. Una casa no significa nada si no hay vida y amor en su interior.
¿Por qué, aunque lleve años para que nos metamos en líos, esperamos que Dios nos ayude a escapar de ellos en solo unos días?.
Las personas que se tienen lástima a sí mismas piensan: '¿por qué debería intentar hacer algo? Solo voy a fallar'.
Algunas personas tienen dificultades para deshacerse de las cosas. Si tú eres uno de ellos, reza para que Dios pueda darte el coraje para deshacerte de cosas que no necesitas o que Él quiere que regales. Esto ayudará a mantener tu entorno organizado y ordenado.
La verdad es que cualquier persona puede iniciar proyectos. El mundo está lleno de proyectos recién iniciados que se veían muy bien en el momento pero que nunca se completaron.
A veces me sorprendo con los cristianos que no creen realmente que Dios quiere ayudarlos y bendecirlos.
Dios no hace las cosas a medias. ¡Hace todo a lo máximo! Cuando Dios hace algo, no es apenas suficiente, mediocre o tibio.
