Citas de Joyce Meyer
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Hay personas en el mundo que no son necesariamente cristianos, pero son personas naturalmente agradables que hacen mucho por otras personas. Esas personas casi siempre serán personas prósperas.
He enseñado mucho acerca de la oración a lo largo de los años y sobre cómo es realmente hablarle a Dios.
Mi padre era una persona negativa. De hecho, él me enseñó a ser negativo, si es que eso tiene algún sentido. Recuerdo que decía: "Sabes que no tiene ningún sentido esperar a que algo bueno pase ya que no pasará". Crecí en un ambiente tan negativo.
A veces si tienes un problema profundamente arraigado en tu vida, toma un poco de tiempo vencerlo en ese ámbito.
Podemos temer a las cosas en nuestra existencia. Temer mirar hacia el futuro e imaginar lo peor que pueda pasar.
No te estoy prometiendo que Dios te dará todo lo que quieras. Hay veces que queremos cosas que Dios sabe que no serían buenas para nosotros.
Si Dios no puede conseguir que le obedezcas con respecto a tu dinero, no va a conseguir nada más que tengas.
El dar es una manera de expresar que Dios ha sido bueno contigo y continuará haciéndolo a través de tu bondad hacia otros.
Cuando comienzas a preocuparte, vete a buscar algo que hacer. Ponte las pilas siendo una bendición para alguien; haz algo fructífero. Ni hablar de tu problema ni sentarte solo pensando en ello no sirve para nada; sirve sólo para hacerte deprimido. Sobre todo, recuerda que es completamente inútil preocuparte. Preocuparte no resolverá tu problema.
Se podría decir que nuestras palabras son una pantalla de cine que revela lo que hemos estado pensando y las actitudes que tenemos.
Muchas personas no disfrutan sus trabajos, y es una de las principales cosas que nos gusta quejarnos.
Algunos cristianos se sienten culpables cuando están haciendo algo que no es "espiritual". De alguna manera u otra, sienten la necesidad de apresurarse a través de la tienda de comestibles, correr con la limpieza de la casa y apurarse con todos los aspectos de la vida cotidiana que parecen irrelevantes para su fe.
El perdón no es algo de una vez que ocurrió el día que recibiste a Cristo. Es algo cotidiano, para el resto de tu vida.