Citas de Joseph Conrad
Sólo en la imaginación de los hombres cada verdad encuentra una existencia eficaz e innegable. La imaginación, no la invención, es el maestro supremo del arte a partir de la vida.
Tenía ambición no sólo de ir más lejos de lo que ningún hombre haya jamás ido, sino de ir tan lejos como le fuera posible a un hombre ir.
La vida real de un hombre es lo que queda de él en los pensamientos de otros hombres debido al respeto o al amor natural.
Considero que todos los hombres están realmente detrás de alguna forma o quizás solamente alguna fórmula de paz.
Usted no puede, en su sana moral, condenar a un hombre por cuidar de su propia integridad. Es su claro deber.
Un artista es un hombre de acción, ya sea que cree una personalidad, invente un expediente o encuentre el problema de una situación complicada.
Cualquier trabajo que aspira, sin importar cuán humildemente, a la condición de arte debe llevar su justificación en cada renglón.
En cuanto al honor, usted sabe, se trata de una herencia medieval muy fina que las mujeres nunca consiguieron tener. No era lo suyo.
Puede ser que las naciones hayan formado sus gobiernos, pero los gobiernos les han pagado con la misma moneda.
Esta espléndida mariposa encuentra una pequeña pila de lodo y se queda quieta sobre ella; pero el hombre nunca sobre su pila de lodo se quedará quieto.
¿Quién sabe lo que es la verdadera soledad (no la palabra convencional sino el terror desnudo)? Lleva una máscara incluso ante los solitarios. Hasta los marginados más miserables se abrazan a alguna memoria o ilusión.
Cada brizna de pasto tiene su lugar en la tierra de donde obtiene su vida, su fuerza; y así está el hombre arraigado a la tierra de la cual obtiene su fe junto con su vida.
Que se le aclare su camino es la aspiración de todo ser humano en nuestra existencia nubosa y tempestuosa.
¿Cómo se puede matar el miedo, me pregunto? ¿Cómo se dispara un espectro a través del corazón, corta su cabeza espectral, lo toma por su garganta espectral?
A un profesor de idiomas hay un tiempo cuando el mundo no es más que un lugar de muchas palabras y el hombre parece un simples animal que habla, no mucho más maravilloso que un loro.