Citas de Herman Melville
Hasta el final, peleo contigo; Desde el corazón del Infierno, te apuñalo; Por el amor al odio, te escupo mi último aliento.
Que el Cielo tenga misericordia de todos nosotros — presbiterianos y paganos por igual — por que todos estamos de alguna manera terriblemente agrietados en la cabeza y lamentablemente necesitamos reparación.
Saber cómo envejecer es la obra maestra de la sabiduría y uno de los capítulos más difíciles en el gran arte del vivir.
Hay tristeza en el mundo, pero hay bondad también; y bondad que no es trivial tampoco; no más de lo que es la tristeza.
Hay ciertos momentos y ocasiones raras, en este extraño asunto mezclado que llamamos vida, en los que un hombre toma su universo como una gran broma.
Hay un toque de divinidad incluso en las bestias y un halo especial sobre un caballo que siempre le debe eximir de indignidades.
La fe, como un chacal, se alimenta entre las tumbas, e incluso de estas dudas muertas recoge su esperanza más vital.
A dónde van los asesinos ¡hombre! ¿A quién hay que condenar, cuando el juez mismo es arrastrado al bar?
Deja que Estados Unidos alabe la mediocridad incluso, en sus hijos, antes que elogie... la mejor excelencia en los niños de cualquier otra tierra.