Citas de Alexander Pope
(página 2)

Orden es la primera ley del cielo.

¿Cómo debo perder el pecado, y aún mantener el sentido y amar al que ofende, pero detestar la ofensa?

Las historias tienen más ejemplos de la fidelidad de los perros que de los amigos.

Muchos hombres han sido capaces de hacer una cosa sabia, más una cosa astuta, pero muy pocos una cosa generosa.

Entonces conócete a ti mismo, atrévete a no analizar a Dios; el estudio formal de la humanidad es el hombre.

Una obra de arte que contiene teorías es como un objeto al que se le ha dejado la etiqueta del precio.

Ésta educación forma la mente común; tal y como se dobla la rama del árbol inclinado.

Cumple bien tu rol, ahí es donde está todo el honor.

No es más que una parte que vemos, y no el todo.

Se mueve más fácil quien ha aprendido a bailar.

Un Dios sin reino, providencia y una causa final, no es mas que el destino y la naturaleza.

El genio crea, y el gusto preserva. El gusto es el buen sentido de el genio; sin gusto, el genio es sólo una sublime locura.

Una mujer es, a lo mejor, una contradicción.

El orgullo, el vicio que nunca le falla a los tontos.

Nuestras pasiones son como las crisis convulsivas, que, aunque nos hacen más fuertes por un tiempo, nos dejan lo más débil posible después.

Si el carácter de un hombre debe ser objeto de abuso no hay nadie como un familiar para hacer el trabajo.

Ella encuentra que la virtud es un empeño demasiado doloroso, se conforma con vivir en la decencia por siempre.

Con palabras, como con la moda, la misma regla rige; Fantástico por igual, si es demasiado nuevo o viejo: no seas el primero con quien se probó lo nuevo, ni tampoco el último en deponer lo viejo.

Mirad! El pobre indio, cuya mente ignorante ve a Dios en las nubes, o le oye en el viento.

Los hombres serían ángeles, los ángeles serían dioses.