Lujo citas y frases
(página 3)
La bondad es el lujo más barato del mundo, y el amor es el único que pagará el diez por ciento a tanto el prestatario como al prestamista.
'¿Se escribe con 'V' o con 'W'?' preguntó el juez. 'Depende del gusto y del lujo del escritor, mi Señor'.
Es el ojo de otras personas el que nos arruina. Si yo fuera ciego no querría ropa cara, casas de lujo ni muebles costosos.
No puedo esperar hasta que pueda permitirme el lujo de tener bolsos elegantes.
Usted puede no saberlo, pero no sirvo para afrontar toda la atención que recibo en los hoteles de lujo donde a veces me encuentro.
Gran Bretaña es una isla; siempre ha tenido un constante flujo y reflujo de inmigración — esto lo convierte en un lugar mejor.
El amor verdadero es inagotable; cuanto más le das, más tienes. Y si vas a dibujar al verdadero manantial, mientras más agua dibujas, más abundante es su flujo.
No voy a los restaurantes geniales que están a la moda. Voy ya sea, a los cuchitriles, o a los restaurantes súper lujosos en donde no hay gente genial.
Ese maldito impuesto de lujo es bastante doloroso.
De ninguna manera puede el deporte ser considerado un objeto de lujo.
Me encantan los cuerpos de las mujeres. Me encanta el lujo.
Siento que la falta de perdón, la amargura y el resentimiento bloquean el flujo de las bendiciones de Dios en la vida.
Me gusta todo, desde los autos antiguos hasta lo que sea que los más recientes autos potentes o lujosos sean.
Creo que quien es empujado a hacerlo lo mejor que puede es privilegiado. Esto es un lujo.
Cuando estoy viviendo en el mundo del lujo y la celebridad, que es donde me encontré gran parte de mi vida, es un papel de comparsa. No una necesidad vital, como lo es para muchas personas. Lo disfruto pero ¡puedo ver a través de él!
Puedo darme el lujo de decir lo que deseo.
Un punto de vista puede ser un lujo peligroso cuando se sustituye por percepción y comprensión.
¡Hay que ser pobre para conocer el lujo de dar!
Yo no soy el niño de pedigrí. No estoy clásicamente entrenado. No vine de un hogar de lujos, no.
La belleza es nuestra arma contra la naturaleza; con ella creamos objetos, dándoles límite, simetría, proporción. La belleza detiene e inmoviliza el flujo de la fusión de la naturaleza.