Hijo citas y frases
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Amas cada libro. Ellos son tus hijos
Después de que tuve a mi hijo, Max, supe que quería involucrarme en causas que ayudan a los niños.
Por favor dejen de enseñar a mis hijos que todos merecen un trofeo solo por haber participado. ¿Qué es esto, el Premio Nobel? No todo el mundo gana un trofeo.
Sobre todo deseo ser amigo de mis hijos.
Cuando tienes un hijo, como cualquiera que los tiene sabe, eso es básicamente lo único de lo que quieres hablar.
Estaba enojado y frustrado hasta que empece mi propia familia y nació mi primer hijo. Hasta entonces realmente no apreciaba la vida de la manera en la que debí haber hecho, pero afortunadamente me desperté.
Dios es paciente con nosotros para que nos convirtamos en los hijos de Dios que Él quiere que seamos, pero en realidad lo puedes ver llorando.
El nombre completo real de mi hijo es Duncan Zowie Haywood. Cuando era un niño pequeño, lo llamabamos por su segundo nombre Zowie. Pero era un nombre tan identificable en los años setenta que si lo llamaba fuertemente en lugares públicos, todos se volteaban, así que empecé a llamarlo Joey para quitarle la presión.
Soy hijo único, así que soy prácticamente un solitario.
En lo profundo, sé que soy un hijo de Dios que ha heredado capacidades divinas; me esfuerzo para desarrollar algunas de ellas, otras las dejo languidecer. También tengo un lado humano. Pierdo mi temperamento, pierdo la paciencia y a veces juzgo a otros y a mí mismo.
A mis hijos y a mí nos encanta escuchar a Bill Cosby.
Ningún hombre negro inteligente o mujer negra en su mente negra correcta quiere que los niños blancos y niñas blancas que vienen a sus casas se casen con sus hijos e hijas negras.
Aparte de mi hijo, nada es importante.
Nunca puedes vivir la vida de otra persona, ni siquiera la de tu hijo. La influencia que ejerces es a través de tu propia vida, y en lo que tu mismo te has convertido.
Todos terminamos al menos un poco como nuestros padres, en especial en la manera en que nos ocupamos de nuestros hijos.
Tener un hijo lo cambia todo.
Algunos padres no envían a sus hijos a la escuela porque no saben su importancia.
Lo que el mundo necesita hoy más que ninguna otra cosa es una fe implícita en Dios, nuestro Padre y en Jesucristo, su hijo, como el salvador del mundo.
Un hijo nunca deja de ser un hijo. Puedes tener 90 y tu madre 120, pero tu madre seguirà preocupada por tí.
No importa a dónde voy o qué título puedo lograr, siempre seré el hijo de exiliados.