Dios citas y frases
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Cuando confiamos en Dios más que en nuestros sentimientos, eso confunde al diablo. Es decir, cuando te lanza su mejor golpe y no puede alterar tu creencia en Dios, ya no sabrá qué más hacer.
Nunca podremos hacernos mejores por intentar... orar más o por más tiempo, estudiar más la palabra, realizar buenas obras, etc. No me malinterpreten... no es malo hacer cualquiera de estas cosas. De hecho, es bueno. Es solo que hacerlos en el poder de Dios es la única manera de que esas cosas tendrán algún efecto real y duradero en nuestras vidas.
La verdad es que si no aprendemos a entregarnos a la autoridad, nunca aprenderemos a entregarnos a Dios.
El día en que recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador es uno de los mejores días de nuestras vidas. No sólo es que se lavan nuestros pecados, sino que Dios instila su espíritu dentro de nosotros y nos da nuevos deseos.
He aprendido a través de mi propia relación con Dios que él no espera que yo sea perfecto; Él quiere que yo haga lo mejor que pueda para estar en Su voluntad y tomar pasos de fe mientras Él me lleva, a través de Su palabra y las incitaciones que Él habla a mi corazón.
Podemos acercarnos al trono del Dios con denuedo porque confiamos en el poder de lo que Jesús logró para nosotros en la Cruz.
Aunque Dios nos ama incondicionalmente, se enoja por el pecado, la crueldad y el mal. Pero no es un Dios enfadado. Dios odia el pecado, ¡pero ama a los pecadores! Él nunca aprobará el pecado en tu vida, pero siempre te amará y quiere trabajar contigo para que avance en una vida Santa en Cristo.
A pesar de que Dios nos ama, aún tenemos un problema: el pecado. Es importante para nosotros aprender a confrontar el pecado y vencerlo, porque aunque Dios ama a los pecadores, aborrece el pecado. Y él lo odia por lo que nos hace a nosotros y por cómo nos priva de la vida abundante que Jesús murió para darnos.
Cuando su alma está descansando, sus emociones están bien, tu mente está bien, y tu voluntad está en paz con Dios, no resistiendo lo que está haciendo.
Sí, Dios espera que vivamos una vida santa, consagrada. Pero ni siquiera la mejor de nuestras intenciones puede hacer que suceda. Afortunadamente, Él no espera de nosotros que nos hagamos santos. Él sólo quiere que aprendamos a depender de Él para hacernos santos.
En mi relación con Dios, he aprendido que si sigo una 'fórmula' a cerca de cómo paso mi tiempo con él, entonces apenas estoy logrando una lista de cosas que me siento obligado a hacer para complacerlo. Esto hace que mi vida espiritual sea más bien estar haciendo lo que tengo que hacer para cumplir con la obligación que estar haciendo algo significativo.
Cuando se trata de nuestros hábitos cotidianos, es importante preguntarse: '¿Estoy poniendo a Dios primero?'
He descubierto que cuando nos tomamos un tiempo para renovar nuestras mentes con la palabra de Dios, aprendemos a pensar como Dios piensa, decir lo que Dios dice y actuar como él quiere que actuemos.
Cuando se ora al Espíritu Santo para que él le conscientice de los pensamientos que vienen a su mente que no se alinean con la palabra de Dios, usted comenzará a darse cuenta cuándo es que vienen esos pensamientos y usted podrá renovar su mente con la palabra.
La humildad bien podría ser una de las más difíciles de los frutos del Espíritu de dejarse cultivar en nosotros, y de mantener. Eso es porque sin humildad, no es probable que uno ponga su confianza completa en Dios.
Vemos claramente en la palabra de Dios que para todo lo que nos pida hacer, nos dará la capacidad para hacerlo. Pero, ¿realmente lo creemos? ¿Queremos creer? Es más fácil salir con excusas de porqué no podemos hacer cosas que son difíciles o que realmente no queremos hacer.
Es imposible vivir una vida totalmente libre de sentimientos. Dios nos creó a todos nosotros para ser criaturas emocionales, y los sentimientos son una parte importante de nuestras vidas.
Considero a la sabiduría sobrenatural porque no es enseñada por los hombres, es un regalo de Dios.
Solo te estoy diciendo que Dios permite cosas en nuestras vidas a veces por razones que no entendemos todavía por el nivel espiritual en que estamos. No podemos tener ningún conocimiento de él, porque no estamos en un lugar de crecimiento espiritual pero donde entendemos las cosas más profundas de Dios.
A veces simplemente permanezco sentado y disfruto la prescencia de Dios.