Citas de Charles Spurgeon
Después de muchos años de gran misericordia, después de saborear los poderes del mundo venidero, todavía somos tan débiles, tan insensatos; pero, ¡oh! cuando nos alejamos de nosotros mismos hacia Dios, todo es verdad y pureza y santidad, y nuestro corazón encuentra paz, sabiduría, plenitud, deleite, alegría, gozo, victoria.
El trueno rugiente de la ley y el temor del terror del juicio son ambos usados para llevarnos a Cristo, pero la victoria final, culminando en nuestra salvación se gana a través de la bondad amorosa de Dios.
¿Me ha salvado Jesús? No me atrevo a hablar con vacilación; sé que sí me ha salvado. Su palabra es verdadera; por lo tanto, soy salvo.
¿Vivo tan descuidadamente y de forma tan mundana como los no creyentes mientras profeso ser un seguidor de Jesús? Si es así, estoy exponiendo al cristianismo a burlas y fomentando que se hable mal del santo nombre por quien he sido llamado.
Hay algunas personas que necesitan usar una etiqueta alrededor de su cuello para mostrar que son simplemente cristianos, o de lo contrario los podríamos confundir con por pecadores, sus acciones son tan similares a las de los impíos.
Señor resguárdanos del pecado. Enséñanos a andar con circunspección; permítenos proteger nuestra mente del error de la doctrina, nuestros corazones de los malos sentimientos y nuestras vidas de las malas acciones.
El ejercicio de la benevolencia es alegría paara los corazones amorosos: cuanto más dolor cuesta, más alegría significa. Las buenas acciones nos hacen felices y en tal alegría encontramos la comunión con el gran corazón de Jesús.
No creas que la humildad sea debilidad; proveerá la médula de la fuerza a tus huesos. Agáchate y conquista; doblégate y conviértete en invencible.
Los propósitos, planes y logros de los hombres pueden desaparecer por completo, como las nubes que ocultan la cumbre de una montaña; sin embargo, tal como la montaña misma, las cosas que son de Dios permanecerán inalterables por toda la eternidad.
Los hombres no conocen el oro que yace en la mina de Jesucristo, o seguramente lo excavarían día y noche. Todavía no han descubierto la perla de gran precio, o lo habrían vendido todo para comprar el campo en donde se encuentra.
Creo que nada ocurre separado del decreto y de la determinación divina. Nunca seremos capaces de escapar de la doctrina de la predestinación divina, la doctrina de que Dios ha preordenado a algunas personas para la vida eterna.
En la oración, estamos donde arco de Ángeles con las caras veladas. Allí, allí, los querubines y serafines adoran ante ese trono precisamente para que nuestras oraciones asciendan. ¿Y vamos vamos allí con peticiones atrofiadas y fe estrecha, contratada?
Si alguno de ustedes me pide un paradigma de la religión cristiana, debo decir que es una palabra — oración. Vive y muere sin oración, y orarás lo suficiente al llegar al infierno.
Deseo seguir adelante para la dirección a mi amo en todas las cosas; pero en cuanto a confiar en mi propia obediencia y rectitud, debo ser peor que un tonto y diez veces peor que un loco.