Citas de Theodor W. Adorno

La verdad es inseparable de la creencia ilusoria de que de las imágenes de lo irreal, un día, a pesar de todo, vendrá la liberación real.

Hoy la timidez ya no significa otra cosa que la reflexión sobre el ego como vergüenza, como realización de impotencia: sabiendo que uno no es nada.

Para un hombre que ya no tiene un hogar, la escritura se convierte en un lugar para vivir.

La vida se ha convertido en la ideología de su propia ausencia.

La dominación delega la violencia física sobre la cual descansa para los dominados.

Los verdaderos pensamientos son solo aquellos que no se entienden ellos mismos.

El buen hombre es aquél quien se gobierna a sí mismo como lo hace con su propiedad: su ser autónomo es modelado en poder material.

El pensamiento dialéctico es un intento de atravesar la coerción de la lógica por sus propios medios.

Porque el pensamiento ha sido pervertido en la resolución de problemas asignados, incluso lo que no se ha asignado se procesa como un problema.

La inteligencia es una categoría moral.

Aquel que tiene la risa de su lado no tiene necesidad de prueba.

El tacto es la discriminación de las diferencias. Consiste en desviaciones conscientes.

La tecnología está haciendo que los gestos sean precisos y brutales, y con ellos los hombres.

La industria de la cultura no se adapta mucho a las reacciones de sus clientes mientras las falsifica.

Ninguno de los conceptos abstractos se parece tanto a la utopía satisfecha como la paz eterna.

El que se encuentra al margen corre el riesgo de creerse mejor que otros y la utilizar inadecuadamente su crítica de la sociedad como una ideología por su interés privado.

Lo específico no es exclusivo: carece de la aspiración a la totalidad.

Consejo a los intelectuales: no permitas que nadie te represente.

El arte puede sobrevivir sólo si renuncia al derecho a ser diferente, y se integra al reino omnipotente de lo profano.

La broma de nuestro tiempo es el suicidio de la intención.