Citas de T. S. Eliot
No cesaremos de explorar, y el final de nuestra exploración será llegar donde empezamos y conocer el lugar por primera vez.
Aquellas personas a quienes nunca les ha pasado nada no pueden entender la insignificancia de los acontecimientos.
Yo le dije a mi alma, permanece quieta y espera sin esperanza. Porque la esperanza podría ser la esperanza de lo inadecuado.
Moverse entre las patas de las mesas y las sillas, levantarse o caerse, aferrarse a los besos y los juguetes, avanzar audazmente, alarmarse repentinamente, retirarse a la esquina del brazo y la rodilla, deseosos de ser tranquilizados, encontrar placer en el brillo fragante del Árbol de Navidad.
No existe ningún espectáculo más repugnante que el viejo que se niega a abandonar al mundo, el cual ya le haya abandonado a él.
La dramaturgia se mete en tu sangre y no la puedes parar. Al menos no hasta que los productores o el público te lo digan.
La mitad del daño que se hace en este mundo es debido a personas que quieren sentirse importantes. Ellos no quieren hacer daño. Pero a ellos el daño no les interesa.
El conocimiento es siempre una cuestión de grado: no puedes poner tus dedos sobre el dato más simple de todos y decir "ésto lo sabemos".
No hay ningún punto de vista absoluto con que real e ideal puede ser separado y etiquetado finalmente
Y escriben innumerabes libros, pues son demasiado vanidosos y el silencio los distrae demasiado: cada uno busca su propia elevación y esquiva su vacío.