Citas de Sidonie Gabrielle Colette
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Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro pies.

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Me estoy yendo con él a un país desconocido donde no tendré pasado ni nombre, y donde naceré de nuevo, con una nueva cara y un corazón sin prueba.

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No sientas lástima por mí porque en mi sexagésimo año me encuentras aún asombrado. Estar asombrado es una de las formas más seguras de no envejecer demasiado rápido.

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Los errores de los maridos suelen ser causados por el exceso de virtudes de sus esposas.

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Los fumadores, hombres y mujeres, inyectan y disculpan el ocio en sus vidas cada vez que encienden un cigarrillo.

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Mis verdaderos amigos siempre me han dado esa suprema prueba de devoción, una aversión espontánea para el hombre que yo amaba.

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Es aconsejable aplicar el aceite de la cortesía refinada al mecanismo de la amistad.

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En sus primeras etapas, el insomnio es casi un oasis en el cual los que tienen que pensar o sufrir de manera obscura toman refugio.

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No hay necesidad de desperdiciar piedad en chicas jóvenes que tienen sus momentos de desilusión, ya que en otro momento recuperarán su ilusión.

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Una bonita pequeña colección de debilidades y un terror de las arañas son nuestro recurso indispensable con los hombres.

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La mujer que piensa que es inteligente exige igualdad de derechos con los hombres. Una mujer que es inteligente no lo hace.

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Para un poeta, el silencio es una respuesta aceptable, incluso una halagadora.

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Uno sigue olvidando la vejez hasta el mismo borde de la tumba.

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No ve los cambios en lo que siempre tienes delante de los ojos.

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