Citas de Rebecca West
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A nadie le gusta que le froten sal en sus heridas, incluso si es la sal de la tierra.

¿Me pregunto si estamos todos equivocados los unos sobre los otros, si solo estamos componiendo novelas no escritas acerca de las personas que nos encontramos?

Es todo un caballero.

Es deber del alma ser leal a sus propios deseos. Debe abandonarse a sí misma a su pasión principal.

Todos nos aprovechamos de la comodidad que nos dan las principales obras de Mozart, lo que es tan real y material como el calor dado por una copa de brandy.

No hay ningún golfo más amplio en el universo que los bostezos entre el lado de aquí y el de allá de la experiencia vital.

Periodismo: una habilidad para enfrentar el reto de llenar el espacio.

No existe tal cosa como la conversación. Es una ilusión. Hay monólogos que se cruzan, eso es todo.

La maternidad es la cosa más extraña, puede ser como ser el propio caballo de Troya de uno.

Sólo sé que la gente me llama feminista siempre que expreso sentimientos que me diferencian de una alfombra de bienvenida o una prostituta.

El Sr. James Joyce es un gran hombre quien no tiene gusto alguno.

La vida debe ser una lucha de deseo hacia aventuras cuya nobleza fertilizarán al alma.

¿Predicó St. Francisco a los pájaros? ¿Para qué? Si realmente le gustaban los pájaros habría hecho mejor en predicar a los gatos.

Todos los hombres deben tener una gota de traición en sus venas, asi las naciones no se suavizan como tantas peras soñolientas.

No hay ninguna razón lógica por la que el camello de arte genial debería pasar a través de la aguja de la inteligencia de la multitud.

Yo nunca he podido averiguar precisamente de qué se trata el feminismo: sólo sé que la gente me llama feminista siempre que expreso sentimientos que me diferencian de un tapete.