Citas de Nikos Kazantzakis

Una de las obligaciones más grandes del hombre es la ira.

Mi principal angustia y la fuente de todas mis alegrías y tristezas, ha sido la incesante batalla implacable entre el espíritu y la carne.

Da rienda suelta a tu juventud. No volverá, así que sé audaz y no te arrepientas.

¡Dios odia a un medio diablo diez veces más que a un diablo completo!

La belleza es cruel. No la ves, ella te mira y no olvida.

Los verdaderos maestros se utilizan a ellos mismos como puentes que invitan a sus estudiantes a cruzar; entonces, habiendo facilitado su travesía, con alegría colapsan, animándolos a crear puentes propios.

No espero nada. No le temo a nada. Soy libre.

Todo gran viajero crea siempre el país a donde viaja.

Lucho por aceptar todo el círculo de la actividad humana al máximo de mi capacidad.

Mi alma entera es un grito, y todo mi trabajo es un comentario acerca de ese grito.

Hay solamente una mujer en el mundo. Una mujer, con muchas caras.

La vida es un problema. Solo la muerte no lo es. Vivir es desabrocharse el cinturón y buscar una pelea.

Lo inexistente es lo que no hemos deseado suficientemente.

El verdadero significado de la iluminación es mirar con los ojos intactos a toda la oscuridad.

Para tener éxito, primero debemos creer que podemos.

Una persona necesita un poco de la locura, o va a ser que nunca se atreve cortar la cuerda y ser libre.

Ya que no podemos cambiar la realidad, cambiemos los ojos que ven la realidad.

Venimos de un abismo oscuro, terminamos en un abismo oscuro, y llamamos vida al intervalo luminoso.

Toda mi vida luché por expandir mi mente al punto de la ruptura, hasta que comenzó a crujir, con el fin de crear un gran pensamiento que podría ser capaz de dar un nuevo significado a la vida, un nuevo significado a la muerte y consolar a la humanidad.

Le dije al almendro, "Amigo, háblame de Dios", y el almendro floreció.