Citas de Marcus Tullius Cicero
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Está tan cerca la falsedad de la verdad que un sabio haría bien en no confiar en sí mismo en el borde estrecho.

Una lágrima se seca rápidamente cuando se derrama por los problemas de otros.

En una mente desordenada, como en un cuerpo desordenado, solidez de la salud es imposible.

Si no nos avergüenza pensarlo, no nos debe avergonzar decirlo.

Nadie puede darte un mejor consejo que tú mismo.

Las leyes son silenciosas en tiempo de guerra.

Nosotros no debemos perdernos tanto en la búsqueda de la verdad como para descuidar las tareas necesarias de la vida activa; ya que solo la acción le da un verdadero valor y elogio a la virtud.

Lo parecido se asocia con lo parecido.

Imperio y libertad.

El miedo no es un maestro permanente del deber.

Los magistrados son los ministros de las leyes, los jueces sus intérpretes, el resto de nosotros somos siervos de la ley, para que todos seamos libres.

La paz es libertad en tranquilidad.

En todo, la saciedad sigue de cerca a los mayores placeres.

El tiempo destruye las especulaciones de los hombres, pero confirma la naturaleza.

Por cuántas cosas, que, por nuestro propio bien, nunca debemos hacer, realizamos por el bien de nuestros amigos.

Nunca hieras a un amigo, ni siquiera en broma.

Tú debes comer para vivir; no vivir para comer.

La única excusa para la guerra es que podamos vivir en paz, ilesos.

La libertad es el poder natural del hombre de hacer lo que le dé la gana, mientras que no sea impedido ni por por la fuerza ni por la ley.

La justicia es el conjunto y el propósito constante que da a cada quien lo que merece.