Citas de Leonardo da Vinci

Pobre es el alumno que no supera a su maestro.

El aprendizaje nunca agota la mente.

La pasión intelectual expulsa la sensualidad.

Nada refuerza tanto la autoridad como el silencio.

Los Médici me crearon y me destruyeron.

El que ama la práctica sin la teoría es como el marinero que embarca la nave sin timón ni brújula y nunca sabe adónde llegará.

He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no alcanzó la calidad que debía tener.

Existen tres clases de personas: los que ven, los que ven cuando se les muestra y aquellos que no ven.

Todo nuestro conocimiento tiene su origen en nuestras percepciones.

Igual que el coraje pone en peligro la vida, el miedo la protege.

Nuestro cuerpo depende del Cielo y el Cielo del Espíritu.

El agua es la fuerza impulsora de toda la naturaleza.

Mientras pensaba que estaba aprendiendo cómo vivir, he estado aprendiendo cómo morir.

Me encanta quien puede sonreír cuando está en problemas, quien puede forjar fuerza de la aflicción, y hacerse valiente mediante la reflexión. Es asunto de mentes pequeñas encoger, pero aquel cuyo corazón está firme y cuya conciencia aprueba su conducta, proseguirá sus principios hasta la muerte.

Quien desea ser rico en un día será ahorcado en un año.

Hay cuatro facultades: memoria, inteligencia, deseo y codicia. Los dos primeros son mentales y los otros sensuales. Los tres sentidos: vista, oído y olfato bien no se pueden prevenir; tacto y gusto para nada.

La mente del pintor debe parecerse a un espejo, que siempre toma el color del objeto que refleja y está totalmente ocupado por las imágenes de cuantos objetos estén delante de él.

Cada acción debe ser originada por un motivo.

La ciencia es el capitán y los soldados la práctica.

Cada hombre está siempre en medio de la superficie de la tierra y bajo el cénit de su propio hemisferio, y sobre el centro de la tierra.