Citas de John Steinbeck
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¿Dónde empieza el descontento? Estás lo suficientemente caliente, pero tiemblas. Te alimentas, pero el hambre te carcome. Has sido amado, pero tu anhelo deambula por nuevos campos. Y para incitar todo esto está el tiempo, el Tiempo Bastardo.
Es cierto que somos débiles y enfermos y feos y pendencieros pero si todo lo que siempre fuimos, hace milenios habríamos desaparecido de la faz de la Tierra.
Estas palabras cayeron en mi mente infantil como si accidentalmente hubieses tirado un anillo en un pozo profundo. No pensé mucho en ellas en ese momento, pero llegó un día en mi vida cuando el anillo fue pescado fuera del pozo, como nuevo.
He vivido en un buen clima, y me aburre hasta las narices. Me gusta que haga el tiempo en lugar del clima.
Los escritores están un poco por debajo de los payasos, y un poco por encima de las focas entrenadas.
El hombre, a diferencia de cualquier otra cosa orgánica o inorgánica en el universo, crece más allá de su trabajo, sube por las escaleras de sus conceptos, emerge por delante de sus logros.
He visto una mirada en los ojos de los perros, una mirada fugaz que enseguida desaparece de sorprendido desprecio, y estoy convencido de que básicamente los perros creen que los seres humanos están locos.
A menos que un crítico tenga el coraje de darte una alabanza no calificada, Yo digo que ignores al bastardo.
En nuestro orgullo pedimos para el desayuno tostadas, omelet y café y lo que acaba de llegar es una ensalada de tomate con cebolla, un plato de encurtidos, una rodaja grande de sandía y dos botellas de soda crema.
El escritor debe creer que lo que está haciendo es lo más importante del mundo. Y él debe aferrarse a esta ilusión incluso cuando sepa que no es cierto.
Las ideas son como los conejos. A uno le dan un par y aprende a manejarlas, y muy pronto tiene una docena.