Citas de John Dalberg-Acton
No hay un alma que no tiene que mendigar limosnas de otro, ya sea una sonrisa, un apretón de manos o una mirada.
Si alguna gran catástrofe no es anunciada cada mañana, sentimos un cierto vacío. Nada en el periódico hoy, suspirmos.
El tema que se ha extendido a través de los siglos y que tendrá que ser peleado tarde o temprano, es el de la gente contra los bancos.
No soy un hombre de negocios guiado por sus impulsos, sino un artista guiado por sus impulsos. Nunca pienso en el dinero. Las cosas bellas generan dinero.
Las opiniones se alteran, las costumbres cambian, los credos suben y bajan, pero las leyes morales están escritas en las tablas de la eternidad.
Lo peligroso no es que una clase determinada sea incapaz de gobernar: toda clase es incapaz de gobernar.
Una persona sabia hace de inmediato lo que un tonto hace último. Ambos hacen la misma cosa, solo en momentos diferentes.
No existe ningún error tan monstruoso que no logre encontrar defensores entre los hombres más capaces.