Citas de Papa Francisco
Me da pena cuando me encuentro con hermanas que no son alegres. Pueden sonreír, y con sólo una sonrisa ¡podrían ser asistentes de vuelo!
El proselitismo es una solemne tontería; no hace sentido. Tenemos que llegar a conocernos, escucharnos y mejorar nuestro conocimiento del mundo que nos rodea.
El Papa ama a todos, ricos y pobres por igual, pero el Papa tiene el deber, en nombre de Cristo, para recordarle a los ricos que ayuden a los pobres, a respetarlos, a apoyarlos.
Cualquiera que desee ser Papa no se preocupa mucho por sí mismo; Dios no los bendice. No quería ser Papa.
Más y más personas trabajan los domingos como consecuencia de la competitividad impuesta por una sociedad de consumo.
La proclamación del amor salvador de Dios viene antes de los imperativos morales y religiosos. Hoy en día parece que está prevaleciendo el orden opuesto.
Antes en Europa y ahora en América, los hombres elegidos se han encargado de endeudar a su gente para crear un ambiente de dependencia. ¿Y por que? Para su necesidad egoísta de aumentar su propio poder personal.
Si uno tiene las respuestas a todas las preguntas — esa es la prueba de que Dios no está con él. Significa que él es un falso profeta utilizando la religión para sí mismo. Los grandes líderes del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dejado lugar para la duda. Tú debes dejar espacio para el Señor y no para nuestras certezas; debemos ser humildes.
Yo creo en Dios — no en un Dios católico; no hay un Dios católico. Hay un Dios, y creo en Jesucristo, su encarnación. Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, el padre, Abba, es la luz y el creador. Este es mi Ser.
Adorar es arrancarnos nuestros ídolos, incluso los más escondidos y elegir al Señor como el centro, como el camino de nuestras vidas.
El pueblo de Dios quiere pastores, no clérigos actúando como burócratas o funcionarios del gobierno.
La adoración del becerro de oro de antaño ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el culto del dinero y la dictadura de una economía sin rostro y sin ningún objetivo verdaderamente humano.
Veo claramente que lo que la iglesia necesita más que nada en estos días es la habilidad de curar heridas y dar abrigo a los corazones de los fieles; necesita cercanía, proximidad.
