Citas de James Baldwin
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La codicia del escritor es atroz. Él quiere, o parece querer, todo y prácticamente a todos, pero en otro sentido y al mismo tiempo, no necesita absolutamente a nadie.
El precio que uno paga por proseguir cualquier profesión o vocación es un conocimiento íntimo de su lado feo.
Aquellos que dicen que no se puede hacer, generalmente son interrumpidos por otros que lo han hecho.
No se pueden encender fuegos con brasas muertas, ni se puede provocar entusiasmo con hombres sin espíritu. El entusiasmo en nuestro trabajo diario aligera el esfuerzo y convierte inluso el trabajo duro en unas tareas agradables.
La vida es trágica simplemente porque la tierra gira y el sol sale y se pone inexorablemente, y un día, para cada uno de nosotros, el sol se pondrá por última, última vez.
Ya sabes, no es el mundo el que era mi opresor, ya que lo que el mundo hace, si el mundo te lo hace con suficiente eficacia por un tiempo suficientemente largo, empiezas a hacértelo a ti mismo.
Cuando un hombre pregunta qué se entiende por acción demuestra que él no es un hombre de acción. La acción es una falta de equilibrio. Para actuar se debe estar un poco loco. Un hombre razonablemente sensato está satisfecho con pensar.
La cuestión del dominio sexual puede existir solo en la pesadilla del alma que se ha dotado de armas, totalmente, frente a la posibilidad del movimiento cambiante de conquista y entrega, que es el amor.
La historia de América es más larga, más grande, más variada, más hermosa y más terrible que cualquier cosa que nadie haya dicho acerca de la misma.
Amo los Estados Unidos más que cualquier otro país en este mundo, y, precisamente por esta razón, insisto en el derecho de criticarlos perpetuamente.