Citas de Henry Ward Beecher
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Robamos si tocamos el mañana. Es de Dios.

El egoísmo es ese vicio detestable que nadie perdonará en otros, y nadie está sin él.

No es bueno para un hombre orar crema y vivir leche descremada.

El estado verdadero de un hombre de poder y riqueza es estar en sí mismo.

Ahora viene el misterio.

La riqueza no es el objetivo de la vida, sino un instrumento.

De todos los mecanismos de escape, la muerte es el más eficiente.

No es el trabajo que mata a la gente, sino la preocupación. No es la revolución que destruye la maquinaria, sino la fricción.

Existen tres profesores para todos los que quieran aprender: los sentidos, los compañeros inteligentes y los libros.

No existe ninguna facultad del alma humana tan persistente y universal como la del odio.

Los libros no son gente y aún así permanecen vivos.

El hombre que tenga el cielo en su alma tendrá ganado el cielo.

Un libro es buena compañía. Está lleno de conversación pero sin locuacidad. Viene a su deseo con total educación, pero jamás te persigue.

La filosofía de un siglo es el sentido común de la siguiente.

Una deuda de la iglesia es el sueldo del diablo.

Las clases ignorantes son las clases peligrosas.

Si una persona no puede ser cristiana en el lugar donde se encuentra, no puede ser cristiana en ningún lugar.

En este mundo, a veces lleno, nuestras alegrías son sólo las sombras tiernas de nuestras penas.

El amor es el río de la vida en el mundo.

El orgullo mata a la acción de gracias, pero una mente humilde es el suelo del que naturalmente crecen las gracias. Un hombre orgulloso rara vez es un hombre agradecido, porque nunca piensa que obtiene tanto como se merece.