Citas de Henry Miller
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Desarrolla un interés en la vida como la ves; las personas, cosas, literatura, música, el mundo es tan rico, simplemente palpita con ricos tesoros, almas bellas y gente interesante. Olvídate a ti mismo.
El análisis no trae poderes curativos en su tren; solo nos hace conscientes de la existencia de un mal, que, aunque parezca mentira, es la consciencia.
La tragedia de eso es que nadie ve la mirada de desesperación en mi rostro. Miles y miles de nosotros, y estamos pasando unos a otros sin una mirada de reconocimiento.
Los Angeles le da a uno la sensación de un futuro más fuerte que cualquier otra ciudad que conozca. Un mal futuro, también, como algo salido de la débil imaginación de Lang Fritz.
En el intento de derrotar a la muerte el hombre ha sido inevitablemente obligado a derrotar a la vida, porque los dos están indisolublemente relacionados. La vida se mueve a la muerte, y negar uno es negar el otro.
Los Teutónicos han estado cantando la canción del cisne desde que entraron a las filas de la historia. Siempre han confundido la verdad con la muerte.
El verdadero enemigo siempre puede ser encontrado y conquistado, o convencido. El antagonismo real se basa en el amor, un amor el cual no se ha reconocido a sí mismo.
El hombre que busca la seguridad, incluso en la mente, es como un hombre que cortaría sus extremidades para tener unas artificiales, las cuales no le dolerán o darán problemas.
¿Qué importa la manera en que uno llegue a la verdad siempre que uno la haga suya y viva según ella?.
El argumento y los personajes no hacen la vida. La vida es aquí y ahora, cada vez que digas la palabra, cada vez que la dejes rasgarse.
No importa lo grande y total que sea el fracaso del hombre aquí en la tierra, el trabajo del hombre se reanudará en otros lugares. Los líderes de las guerras hablan de reanudar las operaciones en uno u otro frente, pero el frente del hombre abarca todo el universo.
Moralidad, ética, leyes, costumbres, creencias, doctrinas — estas no tienen importancia. Todo lo que importa es que lo milagroso se convierte en la norma.
El gran trabajo inevitablemente debe ser oscuro, excepto los muy pocos, aquellos que como el propio autor se inician en los misterios. Entonces la comunicación es secundaria: la perpetuación es lo importante. Para esto es necesario sólo un buen lector.
Nunca he sido capaz de mirar a Estados Unidos como joven y vital, sino como prematuramente vieja, como una fruta podrida antes de que tuviera oportunidad de madurar.
Una de las razones por qué tan pocos de nosotros actuamos, en vez de reaccionar, es porque continuamente estamos sofocando nuestros impulsos más profundos.
