Citas de H. L. Mencken
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La tentación es una fuerza irresistible que trabaja sobre un cuerpo móvil.

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Es incorrecto decir que odio todo. Estoy firmemente a favor del sentido común, la honestidad común y la decencia común. Por esto y para siempre no puedo ser elegido para un cargo público.

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El deseo de salvar a la humanidad es casi siempre una fachada para el impulso de dominar.

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Los esposos nunca se vuelven buenos, sólo llegan a ser competentes.

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Un hombre siempre está buscando alguien a quien presumirle; una mujer siempre está buscando un hombro donde reclinar su cabeza.

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La singular emoción permanente del hombre inferior es el miedo, miedo a lo desconocido, a lo complejo, a lo inexplicable. Lo que él quiere por encima de todo es seguridad.

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Morir por una idea; es sin duda noble. ¡Pero cuánto más noble sería si los hombres murieran por ideas que fueran verdaderas!

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En algún estupendo y glorioso día la gente llana de la tierra alcanzará por fin el deseo de su corazón y la Casa Blanca estará adornada por un verdadero idiota.

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Respeto a sí mismo: la sensación segura de que nadie, hasta ahora, es sospechoso.

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Cada partido roba tantos artículos de fe del otro y los candidatos pasan tanto tiempo haciendo los discursos de otros, que cuando ha pasado el día de las elecciones no hay nada que hacer salvo sacar a los bandidos y dejar que entre una banda nueva.

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Dios es un comediante actuando para una audiencia muy temerosa a reír.

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