Citas de H. L. Mencken
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La singular emoción permanente del hombre inferior es el miedo, miedo a lo desconocido, a lo complejo, a lo inexplicable. Lo que él quiere por encima de todo es seguridad.
La diferencia entre un hombre moral y un hombre de honor es que el último lamenta un acto indigno, incluso cuando ha funcionado y él no ha sido atrapado.
Es difícil creer que un hombre está diciendo la verdad cuando sabes que tu mentirías si estuvieras en su lugar.
Cuando se encuentra una nueva fuente de impuestos no significa que, en la práctica, se abandone la antigua fuente. Significa simplemente que los políticos tienen dos formas de ordeñar al contribuyente donde antes tenían una.
Si un político descubriera que tiene caníbales entre sus electores, les prometería misioneros para la cena.
Pon un promedio entre lo que piensa una mujer de su marido un mes antes de casarse y lo que piensa de él un año después, y tendrás la verdad sobre él.
Un idealista es aquel que al darse cuenta que las rosas huelen mejores que la col, concluye que también harán mejor sopa.
La teoría parece ser que mientras el hombre es un fracaso es uno de los hijos de Dios, pero en cuanto triunfa es poseído por el diablo.